Fíjate si el verbo será importante que en la Biblia mantienen que el Verbo ya estaba con Dios y, finalmente, el Verbo se hizo carne.
En español, si cabe, el verbo es más importante porque el verbo contiene al sujeto, no como en el inglés, por ejemplo. Y, salvo en muy pocas excepciones, el verbo roza la perfección _ como plantea la Biblia a Dios _ al no presentar, casi, ambigüedades.
Pero lo mejor será que lo veamos con más detenimiento.
En inglés, exceptuando la tercera persona del singular, el verbo no sufre modificación alguna y necesita (el pobre) al sujeto para saber a quién se refiere:
TO LOVE
I
You
We Love
You
They
He / She / It LoveS
Ya ves, si dejan el “love” suelto, mal lo llevan para saber quién quiere a quién. Y eso por no contar su peculiar forma de usar (¿o sería más correcto decir “abusar”?) los auxiliares; como en el pasado DID.
I didn’t love her.
¡Toma ya! En el pasado ya, ni se molestan con las personas ni con los tiempos… bueno, el tiempo sería Loved, pero daría igual qué persona fuese…
Esto en español no pasa, basta con decir “la amo”, para saber que es mío y no de otro el corazón de mi amada. ¿Cierto? Cursi pero cierto.
AMAR
Amo
Amas
Ama
Amamos
Amáis
Aman
... esto ya es otra cosa...
Y en caso de ser rechazado, poder decir:
“Nunca la he amado” o un rotundo; “Nunca la amé”.
Esto es lo que hace rico y poderoso al verbo en español. Hay excepciones, ¡claro que las hay!
Como en la 3ª conjugación, que se confunde el presente con el pretérito perfecto simple de indicativo cuando se trata de conjugar la 1ª persona del plural.
VIVIR
Ayer vivimos una experiencia inolvidable.
Aquel año vivimos una situación terrible.
Pero también:
Ahora vivimos en Soria.
En estos momentos vivimos un momento histórico.
Se trata de una excepción, como la confusión entre la 1ª y la 3ª persona del singular en los pretéritos imperfectos (y sus compuestos) tanto en indicativo como en subjuntivo y en los condicionales:
Estaba feliz y contento hasta que llegó Juan.
¿Cuál es el sujeto? ¿Él, ella o yo?
Y bueno, en una oración del tipo:
Si lo hubiese sabido, no habría venido.
Ya ni te cuento la de vueltas que podemos dar; y las posibilidades que hay:
Si YO lo hubiese sabido, YO no habría venido.
Si YO lo hubiese sabido, ÉL no habría venido.
Si YO lo hubiese sabido, ELLA no habría venido.
Si ÉL lo hubiese sabido, YO no habría venido.
Si ÉL lo hubiese sabido, ÉL no habría venido.
Si ÉL lo hubiese sabido, ELLA no habría venido.
Si ELLA lo hubiese…
El resultado ya lo sabes, pero tenemos 3 elementos diferentes que dan más de un resultado según se conjuguen de una u otra manera. ¿Sabrías decirme cómo se llama este tipo de operación matemática?
En definitiva, que este es un pequeño broche para que veas lo importante que es el verbo y el cuidado y atención que debes poner la próxima vez que te dé por abrir la boca (o dejar por escrito tus pensamientos…).